He aprendido que de cada golpe que te dan, te haces más fuerte.
Más y más fuerte, golpe tras golpe... piensas, ¿seré yo? Lloras, sufres, callas, sonríes.
Seré el cuervo entre los cisnes.
Piensas, piensas, piensas...
Las palabras dañan, aparentemente no se ha dicho nada, sin embargo, todo ha salido a la luz. El corazón late tan fuerte que en mi cabeza solo escucho ese sonido.
Seguiré siendo el cuervo, no seré igual, no hablaré igual, no pensaré igual, no me resignaré, no sufriré más.
Volaré, porque aunque sea un cuervo, tengo alas y podré volar.
No me admiraran, no les dará pena si desaparezco, solo soy un cuervo al que se le echa de las cosechas. El cisne es admirado, por su belleza y elegancia.
Pero el cuervo también vuela y eso es lo que importa.
Algún día volaré y mantendré el vuelo.
Que de metáforas para decir algo tan simple.
El cambio ha llegado y mis alas ya se están batiendo.
Ahora lo entiendo. Entiendo muchas cosas.
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Hace 1 mes
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