
Se levantó y me dijo "¿qué es lo que más deseas?"
Parece una pregunta sencilla porque siempre había deseado cosas pero en ese instante he de confesar que lo único que deseaba por extraño que pareciera era que ella se fijase en mí, sin pensar las palabras salieron de mi solas "Un beso"
Ella se giró, volvió a sonreír y me besó. No sabía que estaba ocurriendo pero tras eso lo único que dijo fue "Soy el espíritu que protege estos prados, te hubiera concedido cualquier deseo, ¿elegiste bien caballero?"
Tras eso se marchó, fui día tras día durante varios años. Ahora podría contestar a su última pregunta, y mi respuesta sería "No mi señora, erré en mi deseo, ya que aquel beso hizo que no pudiera vivir sin tus labios"
Ana.
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