A veces pensamos que tenemos un gran problema y lo consideramos importante porque alguien cercano nos ha hecho mucho daño y estamos todo el día pensando preguntas que hacerle a esa persona/s  y así podemos estar días, semanas, meses sufriendo. Cuando llega el día y compartes eso con las personas que te quieren y estan contigo sueles llorar, ponerte nervioso/a, pero derrepente tenemos a esa persona en frente el secreto ya se escucha a voces en lo hondo del pecho. Se lo dices, hablais, lloras, sufres...
Al día siguiente te levantas como aliviada, sin ese gran peso que te atormentaba. Pasan de nuevo días... semanas... y te das cuenta que esas lágrimas estaban vacías. Simplemente en esas lágrimas salía el dolor que sentías, pero ¿porque las llamo vacías? pues porque el problema al final no era tan importante, aunque uno crea que es lo peor del mundo simplemente es un acontecimiento más de la vida. Las lágrimas reales son las que caen  con motivos fuertes y que si superas ese problema pero muchas veces aun lloras al recordarlo y poco a poco esas lágrimas no son de tristeza, si no de alegría porque de ese gran problema solo recuerdas lo bueno.

Puede que al final de leerlo vea que esto no tiene mucho sentido, pero los sentimientos tampoco, ¿no?