Despedirse es algo complicado, a veces hay que decir adiós a la persona amada, otras decir adiós a familiares que pasan a mejor vida, también existen despedidas deseadas y otras llenas de alegría contrastada con lágrimas de añoranza.
De ahí vemos que se puede uno despedir de muchas cosas, no solo de personas, también de pensamientos, sentimientos, sueños, animales, seres odiados, los cuales en la mayoría de los casos no entran en la categoría de personas.
También uno se puede despedir de uno mismo, cuando renuncia a vivir su vida siendo fiel a él y sigue las órdenes del resto.
Creo que despedirse en la mayoría de los casos es difícil, en otros es esperado y en otros simplemente es mejor decir hasta pronto.
Hay personas que no soportan las despedidas, cada uno es libre de elegir la manera en la que quiere seguir la senda de su vida.
Mirar a los ojos, sin parpadear demasiado, respirando lentamente y soltar la palabra mágica, es la única palabra que no puede predecir reacciones ni frases pre-diseñadas.
Como en todo hay excepciones, pero no hablo de simples adiós, hablo de despedidas.
Y sinceramente para mi despedirme es dificil, pero no digo un titubeante "nos vemos" digo adiós, adiós a mis sueños, a mi manera de ver ciertas cosas, adiós a ser una persona "obediente".
A mis casi 20 años me doy cuenta de que tengo y tendré que decir adios a muchas cosas que nunca antes había pensado en desprenderme de ellas, pero bueno, la vida tiene muchos caminos para demostrarte la meta.
Tópicos literarios
Hace 1 mes
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