Ser sincero con uno mismo quizás sea lo más duro que te puede pasar en ciertas ocasiones de la vida.
Esta puede que sea la única vez que sea sincera a muchas cosas.
Admitir que tus amigos cambian.
Aceptar que te haces mayor.
Olvidar tus sueños.
Dejar de aparentar.
Cambiar por necesidad.
Ser egoísta hasta puntos demasiados altos.
Llorar delante de tu madre porque la realidad ha llegado.
Temblar mientras escribo.
El fin de una niña está llegando y el comienzo de una vida con un incierto rumbo comienza.
Quizás luego esté bien y normal, pero esta vez necesito escribir.