Hace poco me di cuenta lo mucho que me gusta actuar. De lo que disfruto en el escenario, convirtiéndome en cualquier cosa.
Poder cambiar de personalidad, apariencia, habla...
Recordé porque de pequeña siempre decía, "de mayor seré actriz"
Ese sentimiento es de las pocas cosas que aun hacen que siga adelante. No me importa de lo que se trate, el personaje en sí para mí suele ser suficiente. Aunque salga 5 minutos, no importa, porque en esos momentos no seré Ana, simplemente otra persona.
No solo hago teatro por eso, desde que comencé en ello es algo que me ha ayudado a forjarme tal y como soy. Podría decir que poco a poco me descubrí a mi misma.
No importa si tengo que revolcarme por el escenario, no importa si tengo que ser fría y mirar con odio, no importa si soy un simple árbol. Lo que importa es que puedo ser un personaje.
Cuando te dicen que o quien tienes que interpretar, al principio no sabes muy bien que hacer, pero cuando empiezas a forjar su personalidad, su pasado, TODO, estas creando algo por ti mismo que va a cobrar vida y eso algo que no podría describir.

Ana.